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Perfilan principio del servicio como formador de profesionales

Autor: UDEM
Créditos: archivo UDEM

El servicio como un modelo de formación y como un modo de reafirmar la vocación humanista del profesional fueron parte de las reflexiones vertidas por representantes de las cinco congregaciones fundadoras de la Universidad de Monterrey en la Cátedra Fundadores.

Con este panel se cerró el periodo de reflexión de tres años que inició en 2016 acerca de los principios institucionales de Humanismo, Apertura y Servicio, que se complementará en 2019 con las conclusiones, durante el aniversario 50 de la fundación de esta casa de estudios.

En el evento, participaron Graciela Meléndez Cermeño, de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe; Agustín Acevedo Sánchez, de la congregación de hermanos Maristas; María Guadalupe Müggenburg, de las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús; Domingo de Alba Suárez, de los hermanos Lasallistas; y Martha Laura Gaona, de las hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado.

En el diálogo –realizado en el Teatro UDEM, la tarde de este martes, moderado por Luis Eugenio Espinosa, profesor de la UDEM–, estuvieron presentes vicerrectores, directivos, maestros, estudiantes y colaboradores, y fue clausurado por Isabella Navarro Grueter, vicerrectora de Formación Integral.  

Acevedo Sánchez destacó la capacidad de trabajar en conjunto para la materialización de un servicio, porque entre todos, como gran comunidad, es posible ofrecer lo mejor de cada uno en un gran servicio que puede transformar al mundo.

“El servicio que podemos hacer también es en conjunto: (el papa) Francisco nos invita con mucha fuerza a salir al encuentro especialmente de los migrantes, de invitarlos a casa, compartir con ellos, escucharlos, atenderlos, animarlos a que sigan su camino; la migración ya no es una emergencia transitoria, sino un fenómeno estructural que nos llama a atender juntos”, indicó.

Agregó que uno de los servicios que se puede ofrecer a los jóvenes es aceptarlos sin condiciones, como son, y no pretender que deban ser de otra manera.

“Aceptarlos quiere decir recibirlos con todo lo que son, con sus historias, sus sueños, dolores, incomprensiones, búsquedas, sus promesas incumplidas, sus pactos rotos, sus frustraciones; aceptarlos desde ahí para poder caminar a su lado hacia la madurez”, advirtió.  

Meléndez Cermeño, por su parte, afirmó que la meta de “ser uno mismo” solo se construye gracias a la mediación de la alteridad: “la conciencia de sí se construye con la ayuda de la conciencia que el otro tiene de mí, el otro que me nombra, me identifica, me interpela”.

“Ciertamente, todos somos mendigos unos de otros y eso nos convierte también en donantes unos de otros, (porque) todos nos necesitamos (…) La verdadera autonomía del ser humano se da frente al otro, al cual sirvo”, expuso.

La religiosa exhortó a superar riesgos como el individualismo, la “egocracia” y de la “filiocracia” (“los hijos que mandan”), porque “la ideología neoliberal, que constituye parte esencial de la actual globalización, está establecida sobre los pilares del materialismo, el hedonismo y el individualismo”.

“Hay jóvenes que, so pretexto de una legítima realización personal, ignoran del todo la igualmente legítima dimensión social; parecieran olvidar que ser humano es ser comunidad, y a mayor complejidad del viaje, mayor necesidad de compañía”, sostuvo.

Domingo de Alba Suárez señaló que lo primero que se tendría que hacer en una institución educativa es que “todo servicio social debe tener esa dimensión social y no de explotación de mano de obra barata para realizar proyectos que solamente tranquilizan conciencias”.  

“Se tiene que iniciar con una conciencia del estudiante para este servicio, pero a través, primeramente, de la conciencia del educador”, afirmó.

Etiquetas: Servicio

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