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Llega a la UDEM vida y valores del Inge Arturo en su camino a la canonización

07 Mayo.2025
Autor: UDEM
Créditos: Archivo UDEM
  • Un itinerario por la vida y el legado de Arturo Álvarez Ramírez, a través de un conjunto de documentos, fotografías y recortes de periódicos, es la exposición que permanecerá abierta al público hasta el próximo viernes 9 de mayo, exponiendo los valores espirituales del profesor universitario, actualmente en proceso de canonización por la Iglesia católica

El lobby del Nivel A del edificio Estoa de la Universidad de Monterrey se convirtió en sede de una emotiva exposición dedicada a la figura de Arturo Álvarez Ramírez, afectuosamente conocido como el Inge Arturo.

La muestra titulada Siervo de Dios, Arturo Álvarez, que permanecerá abierta al público hasta el próximo viernes 9 de mayo, resalta los profundos valores espirituales y las ejemplares conductas de este profesional de la química y profesor universitario, actualmente en proceso de canonización por la Iglesia católica.

Álvarez Ramírez trascendió por su singular capacidad para integrar la rigurosidad de la ciencia, la pasión por la educación y una profunda vida de fe.

La llegada de esta exposición a la UDEM fue posible gracias a la iniciativa del padre Guillermo Villarreal, del Opus Dei, y su equipo de colaboradores.

Por parte de la institución universitaria, la recepción y gestión de la muestra estuvieron a cargo de Elisa Téllez, directora del Centro de las Artes de la UDEM, mientras que el Departamento de Espiritualidad Universitaria para el Servicio ha coordinado activamente la atención a los visitantes y la promoción del evento, involucrando a estudiantes y a un dedicado equipo de trabajo.

Los asistentes a la exposición tienen la oportunidad de adentrarse en la vida de Arturo Álvarez Ramírez a través de una cuidadosa selección de elementos visuales y textuales.

La muestra incluye conmovedores retratos familiares y personales que permiten conocer su entorno más cercano, así como valiosos manuscritos que dan testimonio de su pensamiento y reflexiones.

Además, se integran reconocimientos educativos y otros documentos personales, recortes de periódicos de la época, que ofrecen una perspectiva del impacto de su labor, complementados por textos explicativos que contextualizan su trayectoria y su legado.

La espiritualidad de Arturo Álvarez Ramírez fue un pilar fundamental en su existencia, marcando profundamente su conducta en todos los ámbitos.

Su fe católica, vivida con autenticidad y sin ostentación, se manifestó en un trato amable y generoso hacia quienes lo rodeaban: familiares, alumnos, colegas y subordinados. Siempre procuró ofrecer un trato digno a cada persona, adaptándose a sus circunstancias particulares con una notable sensibilidad humana.

Según se desprende de la información recopilada, Arturo Ramírez Álvarez abrazó con convicción la espiritualidad del Opus Dei, que promovía “buscar la santificación propia y ajena a través del cumplimiento alegre del trabajo profesional y de los demás deberes ordinarios”.

Esta filosofía resonó profundamente con su propia manera de vivir, pues ya practicaba cotidianamente la entrega y la dedicación en sus diversas responsabilidades. Tras una profunda reflexión, formalizó su adhesión a la Obra en 1966.

A partir de su incorporación al Opus Dei, se intensificó su ejemplar cumplimiento del deber, caracterizado por la puntualidad y la diligencia. Su trato hacia los demás se tornó aún más afable y generoso, y su amor por Dios se reflejó en una creciente entrega al servicio de los demás.

Su fe, aunque profunda, la vivió con delicadeza y prudencia, ejerciendo su libertad de conciencia y religión sin imponerla a otros, ofreciendo un claro ejemplo de caridad evangélica, incluso ante las burlas y actitudes hostiles que en ocasiones enfrentó por sus convicciones.

Su vocación de servicio trascendió las aulas universitarias. De manera desinteresada, impartió clases de formación humana y religiosa en diversas instituciones, como el Centro de Capacitación para Obreros de la Construcción y el Instituto de Promoción Obrera. Durante muchos años, dedicó sus sábados a enseñar en el corredor industrial de Juanacatlán y El Salto, así como en varios pueblos cercanos a la laguna de Chapala, compartiendo su vasta experiencia adquirida desde joven en barrios marginados.

Como educador paradigmático, Álvarez Ramírez fue exigente en el cumplimiento del deber, pero siempre justo y comprensivo con sus alumnos. No imponía cargas inasumibles y demandaba asistencia, pulcritud, respeto, justicia y objetividad en la evaluación. A la vez, ofrecía cercanía y apoyo extracurricular, comprendiendo el esfuerzo, las capacidades y las circunstancias particulares de cada uno. Su dedicación a la enseñanza era palpable, invirtiendo tiempo, esfuerzo y recursos propios en preparar sus clases con material actualizado.

A lo largo de su destacada trayectoria profesional en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guadalajara, donde impartió cátedra a más de sesenta mil alumnos entre 1960 y 1991, Álvarez Ramírez dirigió más de cien tesis profesionales y facilitó la inserción laboral de innumerables egresados.

Su sabiduría y su capacidad para transmitir el conocimiento lo convirtieron en un maestro insigne. Su formación académica incluyó posgrados en la Brown University, Syracuse Campus, y en la Berkeley University, donde tuvo el privilegio de ser alumno del doble Premio Nobel Linus Pauling.

A pesar de las adversidades de su entorno, que podrían haberlo llevado a abandonar su proyecto de vida, Arturo Álvarez Ramírez se erigió como un edificante modelo moral para sus colegas y alumnos.

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