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Promueve la formación familiar para la seguridad y la fortaleza

21 Mayo.2020
Autor: UDEM
Créditos: Archivo UDEM

No solo para quienes cruzan por la infancia, sino también para quienes son adolescentes, es fundamental que la persona se forme sobre la base de la seguridad personal, aceptándose a sí misma y expresando su propia identidad, así como tener la fortaleza para saber esperar y “pagar el precio” de las recompensas.

Estas fueron parte de las reflexiones que compartió la ExaUDEM, Ana Patricia Fajer Faraón, en su webinar Tus hijos ¿firmes o vulnerables?, dentro del programa Universidad de Padres de la Universidad de Monterrey.

En su charla, la exalumna de la Licenciatura en Estudios Internacionales (egresada en 2012), que fue ofrecida esta mañana vía Zoom, habló sobre los pilares de la formación afectiva de los hijos.

Fajer Faraón advirtió que, aunque los libros dicen que el periodo de adolescencia comienza a los 13 años y termina a los 18, “nos estamos topando con una realidad bastante distinta: ya estamos comenzando la adolescencia a los 9 o 10 años y se está alargando hasta los 22 o los 23 años”.

Durante la infancia nos tenemos que enfocar mucho en el tema de la ‘siembra’: mucho de lo que ‘sembramos’ en la infancia se va a poner a prueba en la adolescencia, (…) pero aún durante la adolescencia, no podemos dejar de ‘sembrar’ y esperar a ver cómo le va, a ver cómo ‘florece’: no podemos dejar de acompañar a nuestros adolescentes”, afirmó.

La expositora aconsejó a padres y madres ser consistentes con las reglas que se imponen en el seno familiar; crear espacios para la comunidad diaria; escuchar activamente, entre líneas, interpretando sus estados de ánimo o sus necesidades; y “llenar el tanque emocional” de los hijos.

Recordó los cinco “lenguajes del amor” que se anidan en el contacto físico, las frases de reafirmación de las cualidades verdaderas de cada hijo, el tiempo que se les dedica, los pequeños regalos o detalles obsequiados y el servicio que se les brinde.

Fajer Faraón destacó, como otro de los “pilares de la casa”, la formación en la capacidad de ser libres, en el sentido de permitirles tomar decisiones en las que distingan entre “el bien y el mal”, sin dejarse presionar y con dominio sobre lo que consideren un bien para ellos.

Asimismo, hacerles experimentar la seguridad afectiva, el saberse amados, pero no sobreprotegidos, el tener la valentía de empatizar con los demás y escuchar su interior: sus deseos más profundos.

La también directora de Conecta-T, especialista en temas de valores, adolescencia y juventud, sexualidad y noviazgo, enfatizó que la familia es el lugar en donde se hacen los mayores y los mejores aprendizajes.

 

Etiquetas: ExaUDEM

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