Como el rinoceronte blanco que este año se extinguió, existe un peligro en el hábito de la lectura: que desaparezca y sea remplazado por la afición a la tecnología, de acuerdo con Jesús Amaya Guerra, profesor de la Universidad de Monterrey.
“Que la lectura no se extinga”, pidió el experto en Pedagogía, “que no vaya a ser como el rinoceronte blanco, un animal hermoso, poderoso: ya no existe en el mundo a partir de este año; la lectura puede caer en lo mismo: ahora vamos a dedicarnos a leer emojis”.