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Reflexionan sobre la "línea del tiempo" de la UDEM

04 Abr.2019
Autor: UDEM
Créditos: Reflexionan sobre la "línea del tiempo" de la UDEM

Desde los comienzos de la Universidad de Monterrey, la reflexión por parte de las cinco congregaciones religiosas que la fundaron, su compromiso humanista, hasta su crecimiento en estudiantes, docentes e infraestructura, para llegar a convertirse en “un pedacito de cielo”, fue el recuento abordado en el panel Línea del tiempo.

En el evento inaugural de la exposición que se exhibirá de forma permanente, durante el año, en el lobby del edificio del Centro de la Comunidad Universitaria, participaron la hermana Guadalupe Müggenburg, de la congregación del Sagrado Corazón de Jesús; José Roberto Mendirichaga Dalzell, profesor emérito de la UDEM; y Mónica Pugh Sarré, directora de Residencias UDEM; así como Luis Eugenio Espinosa González, profesor de la División de Educación y Humanidades, como moderador.

La exposición integra cinco módulos con gráficas y pantallas en las que se reproducen imágenes divididas por décadas, que forman parte de la historia de esta casa de estudios, y que fue montada en el marco de su 50 aniversario.

En el evento, en el que se congregaron numerosos estudiantes, así como colaboradoras y colaboradores, también participaron Nery Gracia Ledezma, directora de Comunicación y Mercadotecnia de la UDEM; y Alejandra Yáñez Vega, gerente de Gobernanza y Relaciones Institucionales.

En sus intervenciones, la hermana Müggenburg exhortó al alumnado a cuidar en su formación no “anclarse”, no quedarse fijos, sino siempre en esa búsqueda y con esa libertad de ir más allá, trascendiendo, “para que al ir más allá, compartamos todo lo que aquí hemos recibido para entregarlo a los demás”.

Algo muy importante es que dentro de 50 años, sus nietos puedan decir: ‘estoy feliz’, encantada  o encantado en la UDEM porque tiene trascendencia; si estamos hablando de 50 años más, se trasciende”, indicó.
 

La religiosa manifestó su gusto por que los estudiantes se hagan un espacio para reconocer a quién le deben el poder estar en la Universidad: los padres, las madres o las personas que con sus donativos favorecen sus estudios.  
 

Porque es notable en esta Universidad que la mitad de las personas tengan beca de distinto tipo; no en cualquier Universidad privada se da esto”, advirtió.
 

Pugh Sarré llamó al estudiantado a que, durante los siguientes 50 años, como exalumnos o personal administrativo, que “siempre piensen que la UDEM fue un lugar en donde fueron felices, en donde pudieron ser plenamente personas, y encontraron su espacio de crecimiento y de desarrollo, y que sea un lugar que recuerden con cariño”.

Por su parte, Mendirichaga Dalzell externó, como aspiración institucional, su deseo de que, en los próximos 50 años, la UDEM sea fiel a su espejo diario, “que sea la misma, la que soñaron sus fundadores”.  

Espinosa González expresó, a su vez, su deseo de que, dentro de los siguientes 50 años, “quienes estén aquí puedan saberse seguros, queridos y retados como profesionistas y como estudiantes; no venir a la UDEM y salir igual”.

Algo se rompió, algo se innovó, algo tuvo que repensarse; me sentí seguro para ser yo misma o yo mismo, me sentí seguro y me sentí respetado”, expuso.

Al abordar el tema del espacio del campus preferido de cada ponente, la hermana Müggenburg se inclinó por el propio Centro de la Comunidad, en donde no hay semana que no se aproveche para algo, para compartir o manifestar algo de tipo cultural o de reflexión.  
 

Es un área que permite que todos vengan a estar unidos en diferentes actividades; este ambiente se va dando, con el Centro de Liderazgo, las áreas de espiritualidad, sostenibilidad y lo que hay de educación artística”, detalló.

Invito a que de veras aprovechen cada momento, y no solo lo aprovechen, sino que lo gocen: la UDEM es un pedacito de cielo que tenemos la oportunidad de gozar desde esta vida, por el ambiente y por el trabajo que se hace para que las relaciones humanas cada vez sean fecundas y formemos una verdadera comunidad para dar un servicio a los más necesitados”, dijo.
 

Mendirichaga Dalzell destacó la capilla, el centro de la fe, y la Biblioteca, en la ciencia, el saber, la academia.

Para Pugh Sarré, el Jardín Fundadores es un espacio que simboliza el crecimiento de la Universidad porque al principio era un terreno árido y con muchas piedras, pero con el paso del tiempo es un área agradable para las y los alumnos.
 

Me tocó ver esa área en tierra llena de piedras y ver cómo nos esforzábamos por que eso se convirtiera en un área que congregara, que fuera un área central, me tocó ver el sembrado de los arbolitos, flaquitos y chiquitos, y yo decía: ‘algún día van a dar sombra’, pero quien lo sembró vio esto que ahora hay; ¡me encanta ver a los estudiantes ahí!”, expresó.

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