Celebrando los 50 años de la carrera Ciencias de la Educación
Credits: Fabiola Nahas
Soy Fabiola Nahas Sánchez, Licenciada en Ciencias de la Educación de la generación 92, hace justo 28 años que me gradué de la UDEM, y siempre estaré agradecida por esta gran experiencia de aprendizaje que sigue despertando mis pasiones.
Después de graduada me dediqué por un tiempo a la docencia con adolescentes de preparatoria, sin embargo sabía que otra parte del corazón estaba en el desarrollo comunitario, y fue cuando se me dio la oportunidad de trabajar en una organización civil como gerente de proyectos para apoyar a las comunidades Raramuri y Ódame en Chihuahua, mi tierra natal. Esa vivencia fue un parteaguas en mi vida, descubrí a Dios encarnado en un rostro indígena y toqué al mismo tiempo el dolor de la violencia y la pobreza.
¿Cómo podía convivir la majestuosidad de aquellas montañas azúl acero con la desgarradora desigualdad?"
Regresé a Monterrey decidida a hacer algo, a construir un puente que le dijera al mundo que el “korima” es posible. (Korima es una palabra en la lengua tarahumara que describe una filosofía de vida, un sentido comunitario profundo de dar y recibir).
Así nació CreeSer, ABP. una organización civil que cofundé con 5 compañeros más deseosos de hacer algo para transformar las situaciones de violencia en oportunidades de desarrollo, especialmente en la infancia. Resuena en mi mente las palabras de nuestra querida Tuca, (la primer maestra con quien tuve clase en la carrera) quien nos decía que ser educadoras era ser agentes de cambio, y creo que me lo tomé muy en serio. Después de 19 años CreeSer sigue impulsando proyectos para disminuir la violencia escolar y formando a promotores que quieran ser educadores en y para la paz. Actualmente tenemos un diplomado codiseñado con la UDEM y que impartimos anualmente en el Campus. ¡Les invito a cursarlo!
Aprender sobre Cultura de Paz, al lado de grandes expertos del mundo, transformó muchos de mis paradigmas; me confrontó con mi propia violencia y con la forma en que construimos nuestras relaciones con los otros y con lo otro. Nunca antes la dimensión política de la educación había cobrado tanto sentido: necesitamos seguir educando para el desarrollo y la solidaridad potenciando un mirar colectivo, educar para la convivencia basada en los derechos humanos, educar para el reconocimiento del conflicto brindando herramientas para un abordaje desde la noviolencia, educar para un pensamiento crítico que se rebela ante la injusticia, educar para la ciudadanía, para el desarrollo de la democracia y la participación. Este es mi credo que intento vivir día a día al lado de muchos otros profesionales de la educación que también han aceptado el gran reto de transformarse y transformar las aulas en espacios dialógicos, creativos y abiertos a la diversidad. Agradezco al Instituto Mater, abrazar estos valores y permitirme ser parte de esta gran comunidad educativa.
En mis andanzas con las comunidades indígenas fui enamorándome de este sentido profundo de ver a la tierra como un ser vivo con quien se construye una relación. Lamentablemente hemos roto nuestra conexión con la madre tierra, y de ahí se deriva el desastre ecológico en el que vivimos. Con los años mi pasión por sembrar se fue convirtiendo en vocación, así que decidí hacerlo de forma profesional por lo que emprendí la aventura de estudiar la maestría en Agroecología y Sistemas Alimentarios Regenerativos. Sin duda alguna estos nuevos referentes han fortalecido mi convicción de trabajar desde tres principios éticos: el cuidado de la tierra, el cuidado de las personas y la distribución justa de los recursos.
Para transformar nuestros hábitos de consumo, y vivir desde una economía más solidaria, la escuela será siempre ese referente que nos siga animando a creer que otros mundos son posibles y que seremos capaces de construir comunidades más justas, pacíficas, solidarias y sostenibles".
Fabiola Nahas Sánchez
Educadora en y para la paz
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